A lo largo de estos últimos años, ha ido creciendo mi interés por el mundo, sus culturas, su gastronomía, sus paisajes, sus lenguas, su gente. Poco a poco uno se va dando cuenta de que afincarse en un mismo lugar, sin miras al exterior, te cierra muchas puertas, sobre todo mentales y personales, y que, sin embargo, un mínimo esfuerzo por conocer un poco mejor aquello que hay al otro lado de las fronteras enriquece de tal forma y te ofrece tal variedad de opciones que crece la inquietud y se llega a sentir la necesidad de desplazarse a ver por uno mismo.
¿Qué significado tiene esto dentro de un blog tan aparentemente concreto como es una bebida? Pues que, como elemento de la cultura mundial, forma parte de cada región, de cada historia. Es estética, ritual, pero sobre todo placer.
Son muchos los motivos que impulsan a abandonar por unos días nuestros lugares habituales, los que despiertan esa inquietud, como paisajes únicos y bellos, museos centenarios, ambientes pintorescos... pero para mí, además de todo eso, se encuentra esta magnífica y tan variada bebida, tanto para acompañar comidas como para disfrutarla sola, para celebrar una buena noticia con nuestros más allegados o para tomarnos un descanso en un mal momento. Solos o acompañados, algunos podemos encontrar siempre unos instantes de placer, cuando tomamos un trago bien frío de esta gran bebida: la cerveza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario